Esta maldita inspiración
jueves, 21 de diciembre de 2023
Esnífame
lunes, 6 de marzo de 2023
Cierre
Se estaban mirando. Era una mirada intensa, cargada de palabras que nunca fueron capaces de decirse. De silencios que sólo rompían sollozos.
Se estaban besando. Un beso lleno de palabras de despedida, de sentimientos no correspondidos. Se odiaban y se querían. Se querían, vaya, de eso no cabía la menor duda, pero había algo que nunca terminaba de encajar, no al menos de ese modo verbal.
Se estaban haciendo daño. Por más que lo supiera, que supiera que iban a terminar golpeándose y destrozándose los corazones, que aquello era suicidio sentimental absoluto, no podía parar.Se estaban diciendo adiós. Esta vez no fue un hasta luego, ni un hasta pronto, se lo dejó claro: era un adiós completo.
Y no pudieron hacer nada por arreglarlo.
lunes, 27 de febrero de 2023
Cruza
- Tristemente… sí… Aunque supongo que tuve enfrente la verdad todo el tiempo y no quise verla.
- O no pudiste… No seas tan dura contigo misma, sabes que eres una chica lista.
- ¿Te ríes de mí? Ya sería el colmo… “una chica lista”, ¿no? ¡Anda ya! Yo lo que soy es tonta de remate…
- Pero tú, ya sabes qué es lo que tienes que hacer, al menos, es un principio, solo tienes que cruzar.
- No quiero ahogarme cruzando el mar…
- ¡Qué tontería! Además de una paranoica eres una excelente nadadora… Lo que no sabía era que fueras tan pusilánime…
- ¿Pusilánime yo? ¡Oye! No… no te permito que…
- Mírate, tonta, estás aquí, mira hasta dónde has llegado tú sola. Tu reflejo es tan cierto como tú; lo que verías, si decidieras no apartar la vista más, seguiría siendo real.
- ¿Preparada? Voy a hacerlo… tres, dos, uno…
domingo, 8 de enero de 2023
No soy como sueno
martes, 26 de julio de 2022
Melopea. Borrachera. Embriaguez.
- ¿Qué haces ahí en el suelo?
- Nada… mmm… jolines, es que me da vergüenza…
-Lo que hay que oír… por favor, ¿a estas alturas?
- No, en serio, me da mucho corte. No insistas más.
- Bien, de acuerdo. Lalala… ha quedado buena noche, ¿eh?
- Vale, escucha: he venido por un whisky. Me he dicho “tómate un buen whisky on the rocks… ¡y que sea doble!”.
-¡Qué barbaridad! Eres realmente un hueso duro de roer…
- ¿Quieres oírlo o no, pedazo de fantasma dickensiano?
- ¿Dickensiano? Sabes perfectamente que eso no existe… Además, si jugamos a la parapsicología, yo prefiero "ectoplasma", gracias. Pero cuéntame, cuéntame, que me muero por conocer el gran desenlace...
- No te pongas estupenda, querida, que esta noche no tengo el ch***i pa'farolillos... Bueno, eso, yo quería un whisky muy cargado… quería ver como el hielo se fundía lenta pero inevitablemente… quería sentir cómo me ardía en la garganta… quería una borrachera de peli, bizarra pero elegante a la vez, ya sabes…
- ¿Y…?
- ¡No me interrumpas, maldición! ¿Dónde estaba?
- En la melopea de teleserie americana…
- Ah, sí… eso… quería terminar llorando y riendo a la vez… maldecir al destino y a la vida y la pequeñez del ser humano… y… y… y…
- ¿Qué te pasa ahora? No irás a ponerte a llorar...
- Es que ni siquiera me gusta el whisky…
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Diálogos de un alma en ruinas. Tercera Parte.
miércoles, 13 de julio de 2022
Chichones
El coscorrón de ayer aún me duele cuando me rasco. Fue un golpe seco en la nuca que me dejó sorda por unos instantes. Al principio era como caminar por la parte superior de un muro haciendo equilibrios, divirtiéndome, riendo a carcajadas saltando y dando palmitas como los niños chicos, con la vista y la sonrisas puestas en el final, para bajar de un salto y levantar los brazos como las gimnastas: "¡bien!". De pronto un golpe que no logro averiguar de dónde ha venido me hace perder el equilibrio: solo las puntas de mis pies están apoyadas, estoy a punto de caer de espaldas y lucho por aferrarme agitando los brazos a algo que no puedo ver, no lo encuentro, no existe. La gravedad tira de mi sin piedad, y cuando al fin soy consciente de la inevitable hostia que me espera abajo, me abandono sin remedio al impacto de mi cabeza contra el suelo. Tengo la cabeza llena de chichones.
No necesito a otras personas para hacerme daño, ya me lo hago yo sola. Mira mamá, sin nadie.
martes, 12 de julio de 2022
Bancos
Sin esperar una respuesta se encaminó al lugar que ella tan bien conocía, le preguntó cuál de las dos opciones era su favorita y aunque falló, ella hizo lo mismo que siempre y se acomodó como si nadie más la estuviera mirando. Se sentó en el banco que la esperaba de vez en cuando y se puso a mirar, aguantando los nervios que se acumulaban en la boca de su estómago. Guardó silencio hasta que se vieron interrumpidos sus pensamientos por una voz: - Este sitio está muy bien- oyó de fondo-. Me gusta.-
Ella le sonrió tímidamente, aunque seguía absorta en su propio mundo.
El sol terminó por desaparecer y no pudo resistirse más, se lanzó con la desesperación pintada en el rojo de sus labios hacia la cueva de su boca sin saber muy bien qué iba a pasar, pero con la intención y el deseo más encendidos que nunca. Durante ese beso, durante esos segundos que se le antojaron perfectos por una vez, se paró a pensar y, sin dejar respirar a su garganta, se echó a llorar: no quería que el beso se acabara, no sabía si ese sería el último o si volvería a empezar una nueva lista de besos, o si en cambio, nada de lo que estaba pasando en el preciso instante que duró aquel beso tenía algún sentido.
Se separaron lentamente y ella al fin fue consciente de lo que estaba ocurriendo, y no quería creerlo, no podía... no... no.... No le quedaba más remedio que asumir la situación. ¿Qué si no podría hacer ella?